lunes, diciembre 12, 2005

Ser en uno mismo como alternativa frente a la autoreferencia.


La computabilidad, frente a la situación de ser por sí mismo gestor cognitivo, no compite por el yo sino que lo extiende.

La situación de la emergencia en la computabilidad constituye un ámbito cognitivo, la del aprendizaje mediante el artefacto. El artefacto, como la turbina de vapor de Herón de Alejandria en el año cerosesentaidós después de cristo, representa una forma de movimiento que constituye una extrapolación de propiedades sensorio-motrices que emergen en el acto de interactuar. Tales propiedades son extensiones del ser en sí mismo, agrega conocimiento.

De esta manera la automatización se interpreta como extención que el artefacto representa en el ser. El masivo contacto con lo automático y determinista invita a extender las capacidades cognitivas, siempre en balance con lo que es caótico y aleatorio en la naturaleza.

Las formas de aprendizaje tienen vías un tanto inciertas, las cuales libremente se expresan en base a una curiosidad. El aprendizaje corporal es la base de todo aprendizaje. Desde la revolución industrial hasta ahora, el artefacto pareciera necesario a la existencia humana y se ha tenido que aprender para con él. La humanización de tal industria ha sido de sobremanera importante en tanto proporciona herramientas sostenibles para el trabajo que no mermen la salud ni integridad humana. Muchas de esas herramientas industriales no fueron pensadas en un principio con rigor para el desarrollo del ser, en el sentido de la integridad del usuario y su entorno. Asimismo, muchas de las herramientas post-industriales de hoy, como el computador, tampoco se piensan en un principio en el mismo sentido.

Una tarea básica para la sustentabilidad de la tecnología es incorporar la experiencia del ser en la realización de tales artefactos. Por un lado, existen ya experiencia en tradiciones de tiempos remotos en torno a tecnología, como en el caso del uso del molino, la rueda y el torno en la agricultura o la interpretación del tabla, la guitarra o el dizi en la música. Por otro lado, la base científica de medición y método, en cualquiera de sus formas, da pautas para nuevas realizaciones, representación y ensambles. Cuando ambas formas se entrelazan, es que se logran sustentar la tradición de la experiencia y la incorporación de nuevas tecnologías en armonía.